lunes, 5 de noviembre de 2018

Moreno: el año de gobierno que cambió una década en Ecuador

Moreno: el año de gobierno que cambió una década en Ecuador

A rey muerto, rey puesto: Un año de gobierno le bastó al presidente de Ecuador, Lenín Moreno, para sepultar la herencia de su antecesor y exaliado Rafael Correa.
Miembros de un mismo partido y binomio entre 2007 y 2013, nada hacía prever que Lenin Moreno, que este jueves inicia el segundo de sus cuatro años como presidente de Ecuador, terminaría echando tierra sobre la década de "revolución ciudadana" de Rafael Correa.
La herida mortal llegó a través de una consulta popular convocada por Moreno, en la que se aprobó eliminar la reelección indefinida para impedir que Correa vuelva a ser candidato presidencial.
Esa misma consulta dio paso a la reestructuración del ente encargado de designar autoridades, con lo que también se desmontó la estructura correísta.
"El objetivo político del gobierno de Moreno fue echar al traste lo que fueron los diez años del correísmo. En buena medida lo han logrado", dijo a la AFP el analista político David Chávez, de la pública Universidad Central.
Otro golpe serán las recién planteadas reformas a la criticada Ley de Comunicación de Correa, quien sostuvo una dura confrontación con la prensa privada, a la que llama "corrupta" y "mentirosa".
Moreno llegó al poder tras una victoria apretada. Su meta inicial fue la de cambiar el estilo autoritario que le achacaban a Correa por uno de "mano extendida". 
Su gobierno arrancó con un respaldo de 66%, según Cedatos, pero ha ido descendiendo a 46% de acuerdo a encuestadoras privadas.
El combate a la corrupción fue la bandera de Moreno, cuyo vicepresidente Jorge Glas, aliado de Correa, perdió el cargo y cumple una condena de seis años por recibir coimas por 13,5 millones de dólares de la brasileña Odebrecht.
Hubo "señales muy claras (de cambio) principalmente en lucha anticorrupción" y "de no tolerar la impunidad", comentó a la AFP Esteban Santos, politólogo de la privada Universidad de las Américas.
El juicio contra Glas y un intento de expulsar a Moreno del partido Alianza País (AP) ahondaron las grietas dentro del oficialismo, ahora dividido entre correístas y morenistas en el Congreso en el que era mayoría.
El divorcio llevó al morenismo a pactar con la oposición al correísmo para controlar el Parlamento.

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